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El sentimiento de gratitud y sacrificio expuestos por el reciente graduado Christian Amarilla en un posteo de Facebook se tornó tan viral que, en una semana, el licenciado en Química brindó más de 50 entrevistas radiales y televisivas, respondió mensajes llegados desde el exterior, obtuvo propuestas de trabajo, recibió un audio con las felicitaciones del Presidente Mauricio Macri y una llamada del rector de la UNS, Daniel Vega, y de Juan Carr, de Red Solidaria, y fue convocado para participar de programas en medios de alcance nacional: el viernes 2 de agosto, ganó medio millón de pesos en el exitoso ciclo "¿Quién quiere ser millonario?”, de Telefé.

Christian tiene 26 años y el 20 de mayo, al rendir la tesis de la licenciatura, quiso agradecer a quienes, de distinto modo, le permitieron hoy ser un profesional, en una universidad pública. “Soy la bolsa de pan con mermelada que me daban las porteras al terminar la escuela para que me lleve a mi casa”, comenzaba el relato que resume su condición humilde y sus aspiraciones de superación a través del estudio universitario.

Una amiga lo difundió y Christian, gracias a la conmoción que generó su carta, estuvo en Buenos Aires para concretar las convocatorias de programas de Telefé, América y Canal Trece, entre otras.

Su visión sobre la pobreza, el bulliyng, la ayuda de amigos y compañeros de estudio, las becas recibidas, las renuncias familiares y la necesidad de superación son parte del escrito que, de forma sencilla, resume los ocho años que le demandó la carrera.

“Aún estoy mareado, fueron muchas sensaciones en pocos días, es todo una locura”, resumió el joven, que aspiraba a obtener una beca para realizar el doctorado, que, paradójicamente, le fue rechazada la semana pasada.

“En la carta simplemente quise exponer lo que para mis seres queridos y para mí significó ir a la universidad, a la cual agradezco todos los días porque me permite ocupar un lugar en la sociedad”, agregó.

Christian obtuvo el año pasado el título intermedio de Químico; tuvo dos becas para poder solventar especialmente los viajes en colectivo desde su casa de Ingeniero White. Fue vicepresidente de un centro de estudiantes, participó de tareas de voluntariado de apoyo escolar en barrios periféricos, ocupó el cargo de consejero superior y actualmente, es asambleísta de una de las listas de Alumnos. Y pasó horas y horas estudiando en la sala de lectura de la Uni, en donde hay calefacción, resumió.

“A la Uni le debo todo”, acotó, con lágrimas en los ojos.

Su carta fue leída en el programa de América Animales Sueltos y también en radios de Capital Federal de amplio alcance, como es la 100.

El audio de whatsapp de Macri lo sorprendió: “Te felicito por el logro, sos un ejemplo para el resto de los estudiantes del país”, le dijo.

“No dudé en que fuera él, le respondí agradeciéndole el gesto: ‘Me genera mucha emoción, porque el camino realmente fue muy dificultoso para llegar a ser un profesional. Es un mensaje muy alentador para seguir peléandola y podamos seguir defendiendo entre todos la educación pública’, le dije. Después le escribí: “Espero que sea Ud. Sr. Presidente”, agregó sonriendo.

“Juan Carr me llamó para ponerse a mi disposición”, acotó, emocionado.

"El Rector, Daniel Vega, también me felicitó y me invitó a su despacho", mencionó.

En el 70° aniversario de la gratuidad universitaria, el testimonio de Christian, en primera persona:

Texto completo:

Soy la bolsa de pan con mermelada que me daban las porteras al terminar la escuela para que me lleve a mi casa.

Soy el club de barrio que me permitió entrenar básquet durante 11 años sin cobrarme cuota social y pagándome el transporte para pueda ir a los partidos. También soy los botines de fútbol 5 que usaba de niño para jugar al básquet por no tener otras zapatillas. 
Soy ropa prestada de mis amigos para salir a bailar.
Soy las actividades que hicieron mis compañeros del secundario para pagarme el viaje de egresados. 
Soy el bullying que sufrí en a la adolescencia por tener la piel más oscura que el resto. 
Soy los 30 kilómetros en bicicleta que hacia mi viejo todos los días para ir a dos trabajos por migajas de pan. Soy el dolor de espalda que hoy siente por las noches por tener que seguir laburando a pesar de su hernia de disco, soy también sus calambres.
Soy los inventos de mi mamá para que un arroz blanco sea el plato más delicioso del mundo. Soy la preocupación de ella cuando de pibe llegaba tarde a casa, y también su ocupación para que yo siga estudiando a medida que fui creciendo.
Soy el hambre que pasaron muchas veces los dos, para que yo y mis hermanos comiéramos la poca comida que había. 
Soy la beca que me dio la oportunidad de ir a la Universidad. Soy carpetas prestadas. Soy el tiempo que me regalaron mis amigos preparándome para que llegue bien a un examen. Soy horas en la sala de lectura. 
Soy un machete que hizo que mucha gente me prejuzgue. Soy quienes me buchonearon antes de advertirme que no lo haga. 
Soy mis uñas comidas por el miedo y la ansiedad de no llegar a terminar la carrera.
Soy el daño que les provoque a personas que me han querido incondicionalmente. 
Para hoy ser "licenciado”, primero tuve que ser todas las otras cosas. Por eso hoy disfruto mucho serlo, porque es muy difícil llegar, y porque a mí particularmente me ha costado un montón. 
Que venga lo sea, porque estoy preparado.