CIENCIA Y TECNOLOGÍA
ViewMind, la startup tecno de la UNS que promete facturar 65 millones de dólares
Dir. de Comunicación Institucional | 10-09-2018 08:30
Investigadores de la UNS, la CIC y el CONICET, junto a médicos neurólogos, crearon un sistema de detección temprana de enfermedades neurodegenerativas que puede reconocer el Alzheimer con diez años de anticipación. Cada análisis dura sólo 8 minutos y costaría 6 veces menos que los actuales.
ViewMind, la startup tecnológica nacida de la UNS, la CIC y el CONICET
"ViewMind es una empresa que se dedica al desarrollo de evaluaciones neurocognitivas a través de una tecnología llamada Eyetracking. Un eyetracker es una cámara infrarroja que sabe el punto exacto de la mirada en cada centésima de segundo dentro de una pantalla. Con esto evaluamos patrones de lectura, toma de decisiones, dilatación de la pupila, un montón de factores diferentes que hace la persona mientra lee u observa", detalla Matías Shulz, un ingeniero industrial de 31 años que es el CEO de esta startup. “Identificamos síntomas muy precoces de enfermedades como el Alzheimer con un test que dura ocho minutos. Y el Alzheimer, concretamente, lo podemos detectar con 10 años de anticipación”, explica.
Para realizar el test, la persona debe colocarse frente a una pantalla y leer imágenes o textos mientas una cámara de alta velocidad (que captura más de 100 cuadros por segundo) registra cada punto en los que se fija la mirada, a una velocidad de milisegundos. Los datos son posteriormente analizados por el software de ViewMind.
El emprendimiento consiguió financiación de un grupo de seguros y se encuentra en proceso de aprobación regulatoria de la Anmat, de la mano de una consultora cordobesa. “En diciembre lo vamos a tener registrado y ya en instituciones médicas para poder empezar a tomar registros. La etapa de Anmat se divide en dos. Primero tienen que cerciorarse que la empresa cumple los estándares de calidad, que los test son todos iguales. Luego, está la aprobación del producto médico, que hacemos lo que decimos hacer, algo que está cubierto con más de 20 publicaciones internacionales. Vamos por la aprobación de Anmat y también por la FDA, el regulador de EEUU, y otros de la región”, dice Schulz.
Todo nación en el Conicet y en la Universidad nacional del Sur, de la mano del investigador Gerardo Fernández, quien comenzó a estudiar hace diez años cómo las diferentes maneras de lectura podrían verse afectadas por patologías mentales. Nació con una vieja y conocida cadena de email en la que había un párrafo largo con las letras cambiadas y decía "si podés leer esto no tenés Alzheimer". Era un juego, pero se puso a estudiar y ocho años después nacieron los algoritmos que hoy utiliza ViewMind.
“La idea de que la lectura se ve afectada por diferentes patologías se viene estudiando hace mucho tiempo. Pero lo que se hizo acá son los algoritmos específicos que pueden cuantificar de manera exacta ese patrón y atarlo a un área específica del cerebro. Eso nació 100% en la Argentina”, dice Schulz. ViewMind puede detectar en principio una alteración leve en la memoria. Luego, Alzheimer, depresión, demencia frototeporal y otras patologías mentales. “También trabajamos con esclerosis múltiple, pero decidimos enfocarnos en Alzheimer para llegar con recursos al mercado que queremos abarcar”, aclara.
Un eyetracker es una cámara web de mayor calidad que se enchufa al puerto USB de cualquier notebook. El paciente ve frases y otros estímulos, como imágenes, en la pantalla. Mira ocho minutos nuestro software, ni siquiera tiene que leer en voz alta. Con eso podemos hacer una evaluación general del estado cognitivo e identificar una enfermedad potencial.
El ideólogo es Gerardo Fernández, doctor en Filosofía e investigador del Conicet. Él decidió hacer la transición al sector privado junto con los investigadores Osvaldo Agamennoni (CIC) y Pablo Mandolesi (CONICET) -ambos docentes del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la UNS- el psiquiatra bahiense David Orozco y Albano Laiuppa, quien fue el primer CEO. Todos habían participado en distintas etapas de la investigación. Contaron originalmente con el apoyo de la Subsecretaría de Vinculación Tecnológica de la UNS, y en 2016 se acercaron a CITES, la incubadora de startups tecnológico científicas del Grupo Sancor, en busca de fondos privados y de ahí surgió la idea de que el equipo, muy fuerte técnicamente, sumara a una persona destinada 100% al rol ejecutivo. Una charla TEDx del doctor Osvaldo Agamennoni explicando el trabajo puede verse aquí
“El punto de partida fue pensar en qué es lo que está funcionando bien detrás de la lectura para que una persona pueda comprender esto. Ahí están, concretamente, la memoria de trabajo y recuperación. Empezamos a hacer estudios, los vinculamos con algunas resonancias y con baterías neuropsicológicas habituales, y detectamos vínculos muy claros entre el movimiento ocular y alteraciones específicas en el cerebro”, explica Fernández.
El trabajo inició en 2004: “En ese momento no disponíamos de equipos para medir, solo teníamos una hipótesis. Recién en 2008 empezamos a colaborar con otros equipos de trabajo en Buenos Aires y también en Alemania y Estados Unidos, y a usar la técnica de seguimiento ocular (eye tracking), que mide los movimientos del ojo mientras procesa imágenes”, dice Fernández, que es filósofo y biólogo. Y destaca que lo más difícil de este desarrollo fue “convencer a colegas e inversores de que valía la pena dedicarle tiempo y esfuerzo a esto, de que compraran los equipos y que los neurólogos mandasen pacientes. Al principio fue difícil, y como además era algo nuevo, lo primero que nos preguntaban era qué tenían que ver los movimientos del ojo con la memoria y el Alzheimer”.
“Cuando se habla de predecir el Alzheimer suena medio negativo porque hoy no tiene cura. Pero cuanto antes se pueda predecir los síntomas, más se los podrá posponer. Si llegamos a muchas personas en etapa temprana podemos posponer el inicio el mayor tiempo posible. Además, como es una evaluación neurocognitiva computarizada, estaría cubierta por las obras sociales. Una evaluación neurocognitiva estándar cuesta unos $3.000. Queremos que el test sea bastante más barato, entre $500 y $1.000. Si esto se masifica los costos, que son fijos, van bajar drásticamente”.
“Actualmente, ViewMind cuenta con USD 500.000 y luego USD 100.000 de CITES y también con aportes estatales del Sepyme. Pensamos abrir una segunda ronda de búsqueda de capital en febrero del año que viene. Una serie A para llevar la tecnología a escala global. Serían unos USD 5 millones porque vamos a ser extremadamente agresivos. El sistema está listo y postergar esta tecnología es un pecado, no tiene ningún sentido. Realmente queremos ser agresivos para tener el mayor alcance posible en la menor cantidad de tiempo”, detalla Schulz
Según su plan de negocios, ViewMind aspira a facturar en el primer año de operaciones locales unos $140 millones. En dos años –o menos–, ya con ventas en EEUU y parte de la región, este test digital de apenas ocho minutos que le podría cambiar la calidad de vida a personas que se van a enfermar en el futuro y aún no lo saben, pretende sumar ingresos por más de USD 65 millones anuales. “Parte de la ganancia de esa compañía tiene que ser destina al ente público que ayudó a desarrollarla. Siempre que ganemos va a ganar el Conicet y la Universidad Nacional del Sur”.
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