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Jueves 25 de abril de 2024

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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Dir. de Comunicación Institucional | 03-11-2022 06:00

Material de archivo
 

Una científica local participó en la primera evaluación de impacto ambiental de minería en fondos marinos realizada en aguas internacionales del planeta. Su trabajo fue estudiar en el Pacífico Norte nódulos polimetálicos esenciales en la transición al uso de energías renovables. Según cuenta, le permitió cumplir su sueño de "ser astronauta"

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imagen de la noticia: La doctora Ana Carolina Ronda en la cubierta del Island Pride

La doctora Ana Carolina Ronda en la cubierta del Island Pride

“Valiente es quien se lanza sin miedo a lo desconocido; pero más valiente es quien se lanza aún sintiendo mucho miedo”, dice el estado de Whatsapp de la doctora Ana Carolina Ronda, investigadora de la UNS y el Instituto Argentino de Oceanografía, que depende de esa casa y el CONICET. Con el tiempo cambió su ilusión de niña de ser astronauta por su pasión por la investigación científica. Sin embargo, esta carrera le permitió lanzarse a lo desconocido investigando en medio del océano, y la acercó al sueño que tenía cuando apenas contaba con 7 años.

La científica se embarcó en julio en el Island Pride, un moderno buque de 100 metros de eslora, e integró un grupo que hasta comienzos de octubre navegó en la zona denominada Clarion Clipperton, un área de 4,5 millones de kilómetros cuadrados a la altura del Trópico de Cáncer. La zona, administrada por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), contiene nódulos formados por varios elementos de tierras raras. Estos nódulos polimetálicos tienen un papel esencial para la transición energética hacia una economía baja en carbono. Cerca de 1 millón de kilómetros cuadrados de ella se han dividido en 16 concesiones mineras a empresas multinacionales que deben realizar estudios de impacto ambiental antes de llevar a cabo su actividad.

Los nódulos polimetálicos son pequeñas rocas con altas concentraciones de metales muy preciados en el campo de las industrias renovables como los autos eléctricos o los paneles solares. Su uso contribuirá a disminuir los gases de efecto invernadero. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos estima que la cantidad total de nódulos en la Zona Clarion Clipperton supera los 21 mil millones de toneladas.

Ronda es doctora en Bioquímica, profesora en el Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia e investigadora adjunta en el IADO. Sus líneas de investigación se basan en la búsqueda de biomarcadores de contaminación en organismos marinos y su relación con diferentes contaminantes. Su rol en esta campaña oceanográfica es participar como asistente científica en el equipo de geoquímica. En este grupo obtienen sedimentos de 4 a 5 mil metros de profundidad y analizan las muestras. Además, la investigadora tiene la posibilidad de analizar la distribución de microplásticos en los sedimentos y en el fondo marino, un proyecto que comenzó con su campaña del año 2021.

El plantel científico estuvo compuesto por 27 personas –de las cuales 13 eran mujeres- de Escocia, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Australia, Chile, Colombia, Singapur, Tailandia y Argentina, y estaba dividido en grupos. Cada uno trabajó en un área determinada: había de geoquímica, (en el que estaba Ronda), de meiofauna, de macrofauna, de ADN ambiental, de geología y tecnología, y de cámaras landers y trampas de peces. “Cada equipo estaba compuesto por científicos que trabajaban en contra-turno, porque el barco operaba las 24 horas, los 7 días de la semana. En mi caso me tocaba de 6 de la mañana a 6 de la tarde. El resto del tiempo era para descansar, trabajar en mis proyectos a bordo y comunicarme con mi familia”, detalló la investigadora sobre las rutinas en el Island Pride.

“Cuando hice mi doctorado, en el laboratorio del doctor Ricardo Boland, trabajaba en las ciencias básicas, y me sentía lejos de lo que en realidad quería ser. Fue gracias a un amigo, el doctor Andrés Arias, que me comencé a dedicar al medio ambiente. Él me propuso comenzar a trabajar en la distribución de contaminantes en el medio y su distribución en los organismos”, contó.

La revista Muy Interesante y una carta de la NASA

“Mi interés por la ciencia nació con mis lecturas de la revista Muy Interesante, cuando tenía 7 años. Yo quería ser astronauta, y en esa época la revista sacó un concurso para conocer la NASA, y mi mamá me ayudó con las preguntas. Nosotros no sabíamos inglés, y nos ayudó una profesora. Al tiempo me respondieron que era muy chica para postularme, pero que siga estudiando para alcanzar mis objetivos. Cuando ya era adolescente mi mamá me confesó que esa carta de respuesta la había escrito ella, pero ser científica ya era parte de mi objetivo. Siempre fui muy estudiosa. Creo que no soy de esas personas muy inteligentes, pero sí fui muy perseverante y le dediqué muchas horas”, reconoció.

Hoy creo que no estoy muy lejos de aquel sueño que tenía a los 7 años de ser astronauta: estoy en una nave con una tecnología impresionante, con un capitán y una tripulación que tiene un objetivo, aislada en el medio del océano Pacífico, siendo partícipe del descubrimiento de especies, de cosas, y de posibilidades que antes no conocíamos”, analizó, un poco en broma y un poco en serio.

Según explicó, partió en esta campaña con dos objetivos: “Mi objetivo académico fue poder sumar mi experiencia a este importante proyecto y establecer redes de colaboración con profesionales de otros países, que son fundamentales en el ámbito científico para los grupos de trabajo. Mi objetivo personal es demostrar a la sociedad, a mis hijos, a mi familia, el rol que una mujer puede tener en la ciencia. Si bien las oportunidades son en teoría las mismas, muchas veces las mujeres no pueden aprovecharlas, porque muchas veces tienen el mandato de estar a cargo del cuidado de su familia y de sus hijos. Por suerte cuento con una familia que me apoya y que me sostiene para que pueda hacer este tipo de trabajos”, valoró.

“La ciencia es mi pasión, es parte de mi vida, soy muy inquieta y curiosa y eso se traduce en mi vida y en mi día a día. Mi prioridad es mi familia, pero siempre trato de buscar nuevos horizontes siempre con un mismo objetivo: que mis investigaciones contribuyan al cuidado de nuestro planeta, de promover el cuidado de nuestros recursos, espero que los resultados de lo que hago ayuden para eso”, concluyó.