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Dir. de Comunicación Institucional | 01-03-2024 13:14

Material de archivo
 

Amparo Iglesias encontró en la reserva Monte Hermoso-Pehuen Co los restos de un perezoso que tendrían 25 mil años de antigüedad. El primero en hallar fósiles de esta especie –y gracias a quien recibe su nombre- en la región fue nada menos que el afamado paleontólogo autor de “El origen de las especies”

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imagen de la noticia: Amparo (con mochila) junto al equipo de investigadores

Amparo (con mochila) junto al equipo de investigadores

Una caminata por la playa puede ser muchas cosas: relax, paisajes, distensión, deporte… Pero para los ojos más entrenados, los que tienen “ganas de mirar”, pueden significar el punto de partida de descubrimientos sorprendentes.

Así como le ocurrió a la doctora Teresa Manera más de 30 años atrás en el mismo lugar –el yacimiento fósil de la reserva Pehuen Có-Monte Hermoso-, para la estudiante de Geología Amparo Iglesias un paseo costero representó un momento que no se olvidará más: en una de las plataformas de la Reserva distinguió semi enterrados restos de un animal que podría ser un perezoso milodontino, o un Mylodon darwini por su nombre científico. Se trata de una especie extinta de mamífero placentario que podía alcanzar 2,5 metros de altura y tenía un peso superior a las 3 toneladas, y que según las primeras dataciones realizadas por los científicos tendría unos 25 mil años de antigüedad. “Se podían ver vértebras y costillas junto a otros restos óseos. Tomé notas de las coordenadas y fotografías para informar a los guardaparques y al museo del hallazgo”, contó la estudiante. "Además de los dos fósiles pudimos identificar otros restos y otras huellas”, contó.

Una imagen de los fósiles hallados por Amparo Iglesias

Los primeros restos de un animal de este tipo fueron hallados durante la exploración de Charles Darwin por las cosas de la actual Punta Alta. El 22 de septiembre de 1832 este naturalista encontró un maxilar casi completo de esta especie por entonces desconocida. Más tarde fue bautizado Mylodon -un término que deriva de las palabras griegas mylos (moler) y odon (diente)- y darwini, por su descubridor.

Luego de conocido el hallazgo de Amparo, se formó un equipo con la doctora Teresa Manera, -docente jubilada del Departamento de Geología de la UNS que ha investigado en numerosas ocasiones el área, ya que fue una de las descubridoras en la década de 1990 de los primeros restos y huellas del lugar-, el licenciado Maximiliano Rueda del Museo Darwin; el doctor Silverio Feola del CONICET, y el Jefe de Guardaparques de la Reserva, Ariel Tombo.

Según indicaron los científicos, se realizó un análisis de la roca portadora donde se encuentran enterrados los restos, estimando su edad en el Pleistoceno Tardío, aproximadamente hace unos 25 mil años, y establecieron en principio que podría tratarse de este tipo de perezoso.

“La reserva está vallada y protegida por una ley nacional. Hay que tener en cuenta que los visitantes no pueden extraer fósiles o rocas porque alteran su valor científico”, recalcó Amparo.

Las autoridades municipales destacaron la actuación de la estudiante quien, señalaron, "fue consciente de la importancia de los fósiles para la ciencia y cumpliendo con la Ley Nacional de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, tomó fotografías y registró las coordenadas de los hallazgos".

“Como estudiante es una experiencia muy enriquecedora que me dejen formar parte del equipo que estudió los restos, por eso quiero agradecerle a Teresa, a Maxi y a Silverio Feola, porque estas experiencias te ayudan a aprender muchísimo”, valoró Amparo
El milodón se extinguió hace unos 10 mil años. Si bien no se conoce exactamente la causa, existen cuatro teorías: un importante cambio climático que provocó que la vegetación de la cual se alimentaba, cambiara, afectando así su recurso alimentario; que podría haber sido cazado hasta su extinción por los primeros hombres que llegaron a América del Sur; por actividad volcánica, o por la conjunción de los tres factores mencionados.